La invasión rusa en Ucrania

lunes, 14 de marzo de 2022

El 24 de febrero Rusia comenzó acciones militares en varios territorios ucranianos, incluída la capital Kiev. Es el fruto de una larga tensión que hemos visto evolucionar estos últimos meses. Antes de nada, un poco de contexto: funcionarios de inteligencia de Estados Unidos advirtieron recientemente a los aliados de la OTAN que las fuerzas militares rusas están concentrando hasta 200.000 soldados en la frontera de Ucrania. Y podrían estar en condiciones de invadir ese país a finales de enero. De hecho, el 24 de ese mismo mes, Reino Unido y Estados Unidos ordenaron la evacuación de las familias de los diplomáticos Kiev ante una invasión que cada vez parecía más inminente. También, el día 25 Estados Unidos anunciaba el estado de alerta máxima para 8.500 soldados, totalmente preparados para movilizarse ante cualquier necesidad de la OTAN en la zona. Una organización a la que, por cierto, Xi Jinping ya ha advertido de que no le gusta nada esa política "expansiva". No, Rusia no está sola pero lo cierto es que Putin cada vez cuenta con menos apoyos. Especialmente sangrantes son los de los oligarcas rusos, que empiezan a quitarle su apoyo a la guerra conforme van llegando las sanciones económicas que les afectarán a ellos más que a nadie. 

Después de Rusia, Ucrania es el segundo país más grande de Europa por superficie, y ambos comparten una frontera terrestre. Históricamente, Ucrania constituía una parte importante del territorio habitado por el pueblo de la gran Rus (antiguos que dieron nombre a Rusia y Bielorrusia); era políticamente dominante entre los Rus antes de que el Imperio Mongol la invadiera en el siglo XIII. El territorio nunca se recuperó del todo, y sus vecinos, incluída una Rusia centrada en Moscú, se repartieron continuamente la tierra hasta principios del siglo XX. Aunque Ucrania disfrutó de un breve periodo de independencia entre 1918 y 1920, posteriormente se unió a la Unión Soviética, que se derrumbó en 1991. Desde entonces, Ucrania goza de plena independencia política.

Sin embargo, la independencia ucraniana nunca ha sentado bien a Rusia, y eso se ha mantenido bajo la tiranía del Presidente Vladimir Putin. Una historia de invasiones extranjeras, desde los mongoles hasta la Alemania nazi, ha hecho que muchos en Rusia deseen un muro de estados tapón, incluida Ucrania, que rodee el país. La expansión de la OTAN hacia el este en las décadas de 1990 y 2000 para incluir países como Polonia, Lituania, Letonia y Estonia avivó la paranoia rusa sobre la invasión extranjera. A pesar del propósito de la OTAN como alianza defensiva, muchos en Rusia la ven como una organización militar dominada por Estados Unidos, que ha invadido países extranjeros (Afganistán, Irak) dos veces en los últimos 20 años.

La soberanía ucraniana es también un punto doloroso para muchos en Rusia, particularmente para Putin, que crecieron durante el reinado de la Unión Soviética y recuerdan una época en la que la URSS era una superpotencia. Mientras que Estados Unidos y la OTAN ven principalmente la independencia de Ucrania como algo positivo para el pueblo ucraniano. Mientras tanto, Moscú lo ve como un rechazo a una unión entre los ex estados soviéticos; bajo este pensamiento de suma cero, la soberanía de Ucrania es una victoria para Estados Unidos y la OTAN.

Crimea, una península a lo largo de la costa norte del Mar Negro, había sido durante mucho tiempo parte de Rusia, pero la Unión Soviética la transfirió a Ucrania en 1954. Mientras existió la Unión Soviética no fue un gran problema, ya que fue más o menos lo mismo que si el gobierno federal de Estados Unidos transfiriera una franja de tierra de California a Nevada. Sin embargo, una vez que los dos países fueron independientes, Crimea resultó ser estratégicamente importante para el control ruso del Mar Negro.

En 2014, las cosas llegaron a un punto crítico. Marines, paracaidistas y fuerzas especiales Spetsnaz rusas invadieron y capturaron la región ucraniana de Crimea sin apenas combatir. Al mismo tiempo, fuerzas respaldadas por Rusia atacaron a Ucrania en la región de Donbás del país, tratando de separarla de Ucrania y unirla a Rusia. La guerra no oficial sigue en curso, con estallidos ocasionales de violencia a lo largo de la frontera entre Rusia y Ucrania.

La respuesta de Estados Unidos y la OTAN ha sido tibia. La anexión de Crimea y el uso de apoderados en el Donbás fueron respondidos con sanciones económicas y una pequeña ayuda militar a Ucrania, aunque no lo suficiente como para reequipar las fuerzas terrestres ucranianas de manera significativa.

Ahora ha surgido una preocupación más amplia: el hecho de no haber infligido un castigo suficiente a Rusia por su agresión no ha hecho más que envalentonarla (y a Putin en particular). Moscú cree que puede sobrevivir a cualquier repercusión, salvo una guerra, con Occidente.

En este punto de la guerra, diecinueve días de combate han dado para demasiadas atrocidades, bombardeos a población civil en sus domicilios, bombardeos de hospitales, colegios y universidades, cercos de ciudades para dejar morir a la población de inanición y lo que aún no conocemos. Todos estos ataques contra población inocente son considerados como crímenes de guerra según la convención de Ginebra de 1949 y el Tratado de Roma de 1998.

El número de bajas en esta guerra es algo complejo de saber, Ucrania es un país con una gran extensión de terreno y con una población muy motivada para defender sus tierras que hace que al ejército ruso, aún teniendo una enorme superioridad, le cueste avanzar de forma rápida. El ejército ucraniano junto a milicias civiles y voluntarios internacionales aprovechan el terreno para emboscar al enemigo e inflingirle una gran cantidad de bajas, si a ello sumamos la inexperiencia de la primera línea de combate rusa, con chicos de 18 a 21 años sin experiencia alguna, lleva a unas cifras altas de pérdidas para el bando ruso.

Hasta ahora con cifras sin confirmar se habla de unos 5000 civiles ucranianos fallecidos en los ataques rusos o muertos de hambre o frío por los cercos de las ciudades. En cuanto a pérdidas militares Rusia solo ha confirmado 498 fallecidos y 1597 heridos, el bando ucraniano ha confirmado 1400 fallecidos y al menos 3500/4000 heridos.

Las cifras de ambos bandos se quedan probablemente muy cortas, extremadamente cortas las cifras rusas, en apenas una semana de combates en regiones cercanas al Donbás donde apenas ha avanzado el ejército ruso están confirmados más de 300 muertos y más de 500 capturados, y ésta es una región que apenas está registrando grandes combates. Esto hace pensar que las bajas rusas puedan superar las 4000 o 5000 bajas, con más de 10000 heridos de diversa consideración y unos 1000/1500 capturados. Las bajas rusas no solo serían motivadas por la lucha contra el ejército ucraniano, también heridos en combate que no pueden socorrer ante los problemas logísticos rusos y muertos por falta de comida o por frío.