Conspiraciones en la Iglesia

sábado, 26 de abril de 2014
Durante cientos de años han existido las conspiraciones en el seno de la Iglesia, todas ocultas tas las puertas del Vaticano. Una de ellas y quizás la más reciente, sin contar la renuncia del Papa Benedicto XVI, fue la muerte del Papa Juan Pablo I.

Hoy tras la noticia de una filtración en documentos secretos de la Iglesia de esa época, se ha vuelto a hablar con fuerza de si Juan Pablo I fue asesinado o murió por causas naturales. Después de mucho rastrear la web ha sido imposible encontrar la totalidad de esos documentos, pero si algunos fragmentos que podrían aclararnos algunas cosas.


Lo mejor será que empecemos con un breve repaso de lo que ocurrió: El Papa Juan Pablo I apareció muerto en su cama. Llevaba sólo 33 días de pontificado. Según el comunicado oficial, murió de un infarto agudo de miocardio. Sin embargo, la forma en que se encuentra el cadáver no responde al cuadro típico del infarto: no ha habido lucha con la muerte y tiene unas hojas de papel en las manos, como si aún leyera.


Aunque oficialmente se negó, un benedictino que trabajaba en la Secretaría de Estado dio a conocer a un amigo, el mismo día de la muerte, que hubo autopsia. Por ella se supo que murió por la ingestión de una dosis fortísima de un vasodilatador, que en la tarde anterior habría recetado por teléfono su médico personal de Venecia. 



Y aquí llega una de las novedades en el caso. Su médico personal el doctor Da Ros, ya habló hace 21 años sin dar ninguna respuesta esclarecedora. Ahora con los nuevos informes salidos a la luz se ha podido saber que su doctor no solo no le recetó nada, sino que, Juan Pablo I acababa de pasar un reconocimiento médico sin ninguna anomalía en él.

En otra parte de las informes aparece un escrito entre uno de los más cercanos colaboradores de Juan Pablo I y un miembro importante de la Curia Romana, donde le cuenta de forma nerviosa los cambios que tiene en mente el nuevo Papa: Juan Pablo I tiene un programa de cambios y ha tomado decisiones importantes, incluso arriesgadas: terminar con los negocios vaticanos, cortar la relación del Banco Vaticano con el Banco Ambrosiano, destituir al presidente del Banco Vaticano, hacer frente a la masonería y a la mafia.

Apenas un día después de este escrito, se encuentra muerto al Papa Juan Pablo I y se intenta improvisar la historia que muchos dudábamos pero que ahora se desmorona lentamente con cada nueva evidencia.

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