1. Cueva Gouffre Berger
Descender a la cueva Gouffre Berger es un verdadero viaje al centro de la Tierra. Situada en el sureste de Francia, esta caverna es una de las más temidas por los exploradores, tanto que es conocida como la ‘cueva de la muerte’. Con más de 1.200 metros de profundidad y un lago en su interior, se trata de unas de las grutas calizas subterráneas más profundas del mundo. Su gran peligro reside en que, si llueve, la cueva se inunda, atrapando a todo aquel que se encuentre en su interior. Miles de personas han perdido aquí la vida.
2. La Piscina Del Diablo
¿Preparados para un chapuzón salvaje y arriesgado? Viajamos hasta las Cataratas de Victoria, en el continente africano, para descubrir la piscina natural más peligrosa: Devil´s Pool o Piscina del Diablo. Se trata de una poza excavada en la roca en el mismo borde de las cataratas. En este punto, el río Zambeze se precipita con violencia desde más de cien metros de altura. Una pared de roca natural bajo el agua protege a los bañistas de ser arrastrados por la corriente cuando el nivel del agua es bajo. De todos modos, mejor no tentar a la suerte.
3. Puente de Hussaini
El Puente colgante de Hussaini es uno de los más peligrosos del mundo. Basta una imagen para convencernos de ello. Cruzar esta pasarela a gran altura sobre el río Hunza, al norte de Pakistán, supone una aventura al puro estilo Indiana Jones. El puente, rodeado de las cadenas montañosas del Himalaya y los Karkorams, es muy antiguo y está mal conservado, tanto que faltan tableros de madera. Un mal paso puede hacernos caer al agua. Eso sí, las vistas desde el puente son todo un regalo para la vista.
4. “Blue Hole”, Belice
En el caribeño mar de Belice existe un lugar que es un verdadero imán para los buceadores más valientes. Hablamos de Blue Hole. Un enorme agujero azul de 305 metros de diámetro y 123 metros de profundidad que en la Era de Hielo formaba un sistema de cavernas. Ahora son cuevas submarinas de paredes verticales cuya belleza encierra un gran peligro para los buceadores que no tomen precauciones. Para alcanzar la entrada a la caverna hay que descender al menos 34 metros. A esa profundidad, el buzo cuenta con sólo unos pocos minutos antes de que el aire que respira se vuelva peligroso por los altos niveles de nitrógeno que acumula en la sangre.
5. La montaña sagrada de Hua-Shan
Alcanzar la montaña sagrada de Hua-Shan en China no es apto para cualquier persona.Para subir a su cumbre, hay que atravesar uno de los senderos más escarpados y peligrosos que existen. Es tan difícil superar este sendero, que cada año se registran más de un centenar de muertes. Las partes más arriesgadas del recorrido son las conocidas como ‘Changong Zhandao’, una pasarela de tan sólo 30 centímetros de ancho sobre un acantilado totalmente vertical; y el ‘Dragón Negro’, un tramo esculpido en una empinada arista de roca de tan solo unos centímetros de ancho. Tablones temblorosos, cadenas oxidadas y escalones casi imposibles son otras duras pruebas para llegar a la meta. El premio: sobrevivir.
6. Túnel de Guoliang
Tallado en las montañas chinas de Taihang, se encuentra el Túnel de Guoliang. Esta carretera perfora literalmente la montaña convirtiéndose en una ruta impresionante. El camino fue construido por los habitantes de la pequeña aldea de Guoliang como forma para salir de su aislamiento. Un túnel colosal de cinco metros de alto por cuatro de ancho excavado centímetro a centímetro por hombres de campo. A pesar de ser un lugar peligroso -unos pilares de maderas son los únicos sistemas de seguridad-, esta carretera se ha convertido en una atracción turística en sí misma.
7. Lago Nyos
“Monstruoso”, “explosivo”, “asesino”… no hay peores calificativos que los que se usan para describir al Lago Nyos, uno de los más peligrosos del Planeta. Situado en Camerún, este lago volcánico fue el causante de la erupción límnica más grave de la historia. En 1986, una explosión (no fue culpa de ninguna ventosidad) de dióxido de carbono mató a unas 1.800 personas y a 6.000 cabezas de ganado. El lago explotó como si fuera una bomba.
8. El Cañón del Antílope
En el norte de Arizona existe un lugar asombroso esculpido por las corrientes de agua: El Cañón del Antílope o, en idioma navajo, Tsé bighánílíní , que significa “el lugar donde el agua corre a través de las rocas”. Se trata de un estrecho desfiladero tan bello como peligroso. Sus paredes verticales y sus haces de luz llenan este lugar de magia. Para conocerlo es obligatorio hacer la visita con un guía local. Las lluvias torrenciales son capaces de inundar las grutas en tan sólo minutos y dejar atrapados a sus visitantes. En 1997, al menos 11 turistas murieron en este lugar.
9. Trollstigen
Trollstigen, también conocida como la ‘Escalera de los trols‘, es una carretera de vértigo (literalmente) situado en Noruega. Incluida en el ranking de las más peligrosas, su inclinación del 9% y sus peligrosas curvas de 180 grados sobre laderas casi verticales son capaces de poner los pelos de punta al conductor más experimentado. La belleza del lugar y la habilidad de los ingenieros en construir este camino hacen de Trollstigen una atracción turística en sí misma. Durante su recorrido existen varios miradores desde donde disfrutar de este zigzag dibujado sobre los impresionantes fiordos.
10. Desierto de Danakil
En Etiopía, dentro de la Depresión de Afar, descubrimos uno de los puntos más calientes de la tierra: el Desierto de Danakil. Sus temperaturas superan los 55 grados centígrados durante el día. El paisaje, considerado una de las zonas tectónicas más activas del mundo, es inhóspito. Aunque también bello: la región del volcán de Dallol (en la foto) ofrece un bonito escenario de colores verdes, amarillos y anaranjados causados por el azufre, el sulfuro y la sal. Parece que estuviéramos en otro planeta (o en el infierno).