Los gulags

viernes, 12 de junio de 2015
 A menudo podemos ver en los medios de comunicación y en los libros un tema por todos ya sabido, el nazismo y su exterminio. Han sido muchas las tesis escritas, las investigaciones llevadas a cabo y sobre todo la información que hoy tenemos de su política más cruel, el antisemitismo. Una creencia radical y sin sentido que llevó al exterminio de casi todo un pueblo, en concreto, de casi 6 millones de judíos. Pero, ¿qué conocemos sobre los campos de concentración soviéticos?

“La palabra Gulag (ГУЛАГ) denomina al sistema soviético de trabajos forzados en todas sus formas y variedades: campos de trabajo, de castigo, de criminales y políticos, de mujeres, de niños o de tránsito. Los prisioneros lo llamaron triturador de carne: las detenciones, los interrogatorios, el transporte en vehículos de ganado, el trabajo forzoso, la destrucción de familias, los años perdidos en el exilio, las muertes…”

Las deportaciones al Gulag eran horribles, la verdad es que en poco se diferencian de las deportaciones nazis. 

Olga Gureva "superviviente en Siberia": 

"Recuerdo que el 26 de abril de 1946 en la Pascua de Resurección nos levantaron a los presos a golpes y acosados por sus perros, nos llevaron corriendo a la estación y nos subieron al tren. Eran carros de carga de ganado y con rejas pero con una repisas para dormir. El viaje duró un mes hasta la costa. Después iríamos en barco". 

Ana Portnova, "superviviente en Siberia": 

"Nos metieron en las bodegas del barco destinado al ganado. Era horroroso. Al llegar a Siberia a penas nos manteníamos en pie y nos tiraron como sacos a los camiones que nos llevarían al centro de distribución. Más tarde llegarían los jefes de campamento que nos seleccionaban para trabajar en las minas o en los bosques". 

Ana Tomariva, "superviviente en Siberia": 

"Los rusos llegaron a Ucrania en 1939 y pronto me arrestaron, luego me arrestaron los alemanes y más tarde, en 1940, fui arrestada de nuevo por los rusos. Después de sobrevivir en los campos de concentración en Siberia, perdí la vida de tanto hambre. Trabajé en las minas de uranio, luego en una planta de químicos y entre el agua helada. 

Existieron unos 476 centros de reclusión, lo que significa decenas de miles de zonas donde los presos ejecutaban trabajos forzados. El trabajo era duro, la comida escasa. 

  Como en los campos de concentración nazis, el gulag contaba, también, con celdas de aislamiento, en donde los presos eran amontonados allí con temperaturas iguales a las del exterior. Cuenta una superviviente que cada día había bajas pero que no avisaban a los carceleros para poder utilizar los cuerpos muertos como aislante del frío. 

   Las condiciones de vida como se puede imaginar eran infrahumanas, causantes indirectamente de millones de muertos en estas zonas de terror, de la muerte. 

Los sistemas represivos de terror y exterminio de los campos nazis y los gulags soviéticos son uno de los instrumentos que utiliza el  poder para asegurar el control absoluto sobre la población.

Estructura 

Como todo buen complejo habitacional, el Gulag era un complicado y cómodo edificio localizado preferentemente en Siberia, donde los inquilinos disfrutaban de una habitual, común y corriente vida Soviética con pan duro como alimento diario, trabajos en alentadores ambientes laborales con todas las prestaciones que el Gran Stalin podía dar a su gente.

El Gulag estaba equipado con muros reforzados para contener los ríos de gente que ansiaban entrar; hay una habitación para cada interno.

Existían centros recreativos para todos los gustos: desde vías ferroviarias que requieren reparación hasta la construcción de diques en el Polo Norte. 

Variedad 

Además de las categorías más comunes de campos que practicaban un duro trabajo físico y prisiones de varios tipos, también existieron otras formas. 

* Sharashka (шарашка, 'el lugar de los holgazanes') fueron laboratorios secretos de investigación, donde los científicos detenidos y convictos, algunos de ellos destacados, estuvieron desarrollando nuevas tecnologías de forma anónima, y llevando a cabo investigaciones.

* Psikhushka (психушка, 'la casa dura'), el tratamiento médico forzoso de encarcelamiento psiquiátrico fue usado, en lugar de los campos, para aislar y hundir a prisioneros políticos. La práctica se hizo mucho más común tras el desmantelamiento oficial del sistema del gulag.

Campos especiales o zonas para niños (en la jerga del gulag: малолетки, maloletki, 'menores de edad'), para minusválidos (en Spassk), y para madres (мамки, mamki) con bebés. Estas categorías se consideraba que no producían resultados de utilidad y con frecuencia fueron objeto de más abusos.

Campos para «Esposas de Traidores a la Patria» (hubo una categoría especial de represión: «miembro de familia traidora de la Patria».


Algunas razones para la escasa difusión de los gulags:

- La historia la escriben los vencedores.
- El horror nazi fue convenientemente explotado por la propaganda aliada, tanto americana como soviética.
- El país que aspiraba a liderar la lucha obrera mundial contra el capitalismo debía esconder sus miserias. Igualmente los líderes e intelectuales comunistas de todo el mundo negaron los gulags. El mantenimiento del totalitarismo en Rusia hasta hace pocos años ha contribuido a su ocultación.
- Los gulags no fueron el método de exterminio de una raza acusada de ser la culpable de los males de un país, sino un arma de exterminio de toda oposición a la política dictatorial de Stalin, ya fueran rusos, lituanos, judíos, musulmanes, kazajos, blancos, asiáticos, ricos, pobres, campesinos o altos jerarcas del régimen.
- La mayoría de los represaliados eran comunistas pero seguidores de Trotsky, ideólogo del auténtico comunismo que  nada tenía que ver con la política impuesta por Stalin.

Cuando Hitler comenzaba a construir los primeros campos de concentración, Stalin ya llevaba 10 años de experiencia en los gulags y millones de exterminados.

1. Los enemigos políticos de Stalin (1924-1937)

La URSS impuso, ya en tiempos de Lenin, un férreo sistema de control policial y represión contra todo sospechoso de ser contrarrevolucionario. Poco antes de morir, un Lenin muy enfermo escribía una carta a destacados miembros del partido en la que alertaba del peligro de que el camarada Stalin se hiciera con el control político. También advertía del peligro de una escisión del comunismo entre trotskistas y estalinistas (como así fue).

Stalin se hizo con el poder en 1924 y comenzó a eliminar gradualmente a todos los grupos opositores dentro del Partido Comunista. Esto incluyó a León Trotski, un teórico socialista y el principal crítico de Stalin, que fue desterrado en 1929 y señalado por Stalin como traidor.   
La consigna a todos los comunistas del mundo fue que se debía eliminar cualquier facción del comunismo inspirada en sus ideas. Esto motivó el asesinato de Trotski en México o el exterminio del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) de Andreu Nin durante la guerra civil española.

2. Los contrarios a su política económica (1928-33)

En 1928, Stalin reemplazó la Nueva Política Económica de la década de 1920 por una economía planificada, centralizada. La colectivización del campo levantó una gran oposición entre los campesinos y se desató una violenta represión. Millones de personas fueron enviadas a campos de trabajo y penales o deportadas a Siberia.

3. La “Gran purga” o “era Yezhov” (1936-39)

En 1937 comenzó un período de represión masiva en el que millones de personas (comunistas, socialistas, trotskistas, anarquistas, militares, kuláks) fueron ejecutadas o encarceladas en gulags por participar en complots para derrocar al gobierno de Stalin. Incluso se cargó contra las minorías (musulmanes, cosacos, lituanos, estonios, letones, etc.). Gracias a esta campaña consolidó su poder absoluto. La gran mayoría de estas detenciones fueron llevadas a cabo por Yezhov, jefe del Comisariado del Pueblo para asuntos internos (el NKVD, antecedente de la KGB). El propio comisario Yezhov y la gran mayoría de los altos oficiales del NKVD, fueron a su vez ejecutados en 1938 y designado nuevo comisario  Lavrenti Beria.

La persecución de los altos líderes soviéticos fue muy aireada por la propaganda soviética, pero la purga en la población civil fue escondida a la prensa nacional y extranjera. En el Occidente se empezó a conocer la verdadera extensión de la Gran Purga cuando ex-prisioneros de los gulags lograron escapar hacia estos países. Sin embargo, en muchos casos, los movimientos comunistas de estas naciones intentaron callar estos testimonios. Incluso intelectuales comunistas de la talla de Jean-Paul Sartre negaron continuamente la existencia de la Gran Purga y de los gulags, ya que el reconocimiento de esta persecución desanimaría a los comunistas franceses.

Hace cien años, el escritor austriaco Robert Musil dijo que “No hay nada más "inconspicuo" que un monumento”. Contemplando las ruinas de otro imperio, el ruso, yo añadiría: no hay nada más conspicuo que un monumento ausente. Los monumentos constituyen el cuerpo de una nación en exhibición. Al ver los monumentos sentimos cómo un Estado nación reafirma su continuidad. Cuando las revoluciones interrumpen esa continuidad la violencia se torna contra los monumentos. Como el ejemplo de Saddam Hussein muestra otra vez, es más fácil derribar un monumento que juzgar a un dictador. Sin embargo, los periodos posrevolucionarios permiten más variedad. A veces se erigen nuevos monumentos. A veces los viejos monumentos regresan a los lugares que solían ocupar. A veces los monumentos están ausentes, como profesores en año sabático.

Mientras las universidades alemanas ya no dan cabida a quienes niegan el holocausto, las universidades rusas emplean a varios profesores de historia que conspicuamente excluyen el gulag en sus cátedras. Aunque los horrores de la Alemania nazi y la Rusia comunista crearon millones de víctimas, los recuerdos de esos hechos son muy diferentes. El más notorio y a la vez el menos reconocido de todos los monumentos postsoviéticos al gulag es el billete de 500 rublos, emitido a finales de los años noventa y que hoy circula ampliamente.

Este billete, en apariencia un homenaje a la orgullosa historia nacional, lleva un mensaje oculto. Muestra el monasterio Solovky, un complejo histórico en una isla del mar Blanco, que también fue el primero y uno de los más importantes campos del gulag. Los historiadores locales en Solovky creen que las cúpulas atípicas que aparecen en el billete sitúan la imagen a finales de los años veinte, el momento de mayor desarrollo del campo. 

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