Y es que para muchos, Europa es tras la Tierra el mundo más prometedor de todo el sistema solar para buscar señales de vida presente. Por eso todos los aficionados a la astrobiología han recibido con alegría la noticia de que la NASA daba por finalizada la fase de revisión del concepto y comenzaba propiamente el desarrollo de una misión, que si todo va bien, despegará en 2020.
Tal y como afirmó John Grunsfeld, administrador asociado para el Directorio de Misiones Científicas de la NASA en Washington: "Durante las dos últimas décadas, nuestras observaciones de Europa nos han aportado pistas prometedoras, y ya ha llegado el momento de buscar respuestas a una de las cuestiones más profundas de la humanidad".
En la década de los 90, la sonda Galileo de la NASA descubrió fuertes evidencias de la presencia de un océano sub superficial bajo la corteza de hielo de Europa. Si su existencia se probase, ese océano global podría albergar más de dos veces la cantidad total de agua de la Tierra. Con abundancia de agua salada, un lecho rocoso, y la energía y química aportada por el calentamiento por marea al que la somete el gigante Júpiter, Europa parece contar con todos los ingredientes necesarios para dar soporte vital a organismos sencillos.
La misión que ahora comienza a prepararse, despegará como he dicho antes a comienzos de la década de 2020, y tras viajar durante siete años orbitará a Júpiter una vez cada dos semanas, lo cual facilitará múltiples oportunidades para sobrevolar Europa a corta distancia. De hecho la misión incluye 45 sobrevuelos planificados, durante los cuales la sonda tomará imágenes a alta resolución de la corteza helada de Europa, a la vez que investigará su composición y estructura, tanto de su casquete de hielo como de su interior.
La responsabilidad de gestión del proyecto ha recaído sobre el mítico JPL de la NASA (Laboratorio de Propulsión a Chorro). Los instrumentos con los que contará la sonda que visitará Europa fueron anunciados el pasado 26 de mayo de 2015 en una nota de prensa. Entre ellos figuran instrumentos de plasma para sondeo magnético, magnetómetros, varios tipos de espectrómetros, radar, lectores termales, y analizadores de polvo superficial.
Sin duda será una de las misiones de exploración más esperadas y fascinantes a las que nos enfrentaremos. Todo ello a pesar de no seguir el consejo que Arthur C. Clarke dejó por escrito en su anteriormente mencionada novela: "respetad Europa".
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