Hace unos meses los gestores de la sonda Cassini de la NASA tenían sospechas sobre la existencia de una fuente de calor, bajo los hielos que cubren a la luna de Saturno Encélado. Esto implicaría la posible existencia de afloramientos hidrotermales en el fondo oceánico de aquella luna helada, y por tanto la factible presencia de un nicho adecuado para el surgimiento de la vida. Bien, la NASA acaba de confirmar una teoría que vendría a establecer los límites del océano de Encélado, que si bien ya estimaban grande, ahora parece ser que podría extenderse por toda la superficie lunar bajo el hielo.
La investigación se ha basado, como en anteriores, en los datos gravitacionales conseguidos por la mencionada sonda Cassini durante los varios sobrevuelos efectuados sobre Encélado. Si hasta el momento los científicos creían que el océano subsuperficial de esta luna tenía forma de lente y se encontraba en la región de su polo sur, la nueva teoría recién confirmada sugiere que esa masa de agua es en realidad global.
Según Peter Thomas de la Universidad Cornell, miembro del equipo de visualización de Casini y líder del estudio: "[Calcular la extensión del océano] fue un problema difícil que requirió de años de observaciones y cálculos, involucrando a varias disciplinas, pero tenemos confianza en que finalmente lo hemos hecho bien".
El equipo midió y rastreó meticulosamente los movimientos de Encélado, y finalmente descubrió que la gravedad de Saturno estaba sacudiendo ligeramente la luna en su órbita en todo momento, generando en el proceso un bamboleo pequeño pero medible.
Tras esto, los investigadores fueron capaces de usar esa información para crear un modelo del interior de la luna. Si la superficie y el núcleo de Encélado estuvieran conectadas firmemente (es decir a través de sólidos) habría mucho peso muerto y el bamboleo gravitatorio sería menos pronunciado. Lo único que permitía explicar el bamboleo observado era la existencia de una capa global de líquido que estuviera separando la superficie y el núcleo de la luna.
Así pues, Encélado va ganando enteros para superar a Europa como punto caliente de interés astrobiológico en nuestro sistema solar. Por noticias como esta, no es de extrañar que los científicos crean que la Tierra podría dejar de ser, en cuestión de décadas, el único punto orbitando al sol obsequiado con el regalo de la vida.
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